Tenemos que comenzar por un rápido análisis semántico, que sospecho que va a ser fútil, la palabra bloqueo según el diccionario de la Real Academia Española significa acción y efecto de bloquear y este a su vez se define como realizar una operación militar o naval consistente en cortar las comunicaciones de una plaza, de un puerto, de un territorio o de un ejército. Por tanto dicha palabra solo tuvo una relativa y breve aplicación en Cuba cuando la Crisis de los Misiles, la de Octubre o del Caribe según quien la esté mencionando.
Definido bloqueo pasemos a embargo; según la mencionada Academia embargo proviene de embargar y este significa prohibición del comercio y transporte de armas u otros efectos útiles para la guerra, decretada por un Gobierno. Visto todo lo anterior aunque ninguno de los dos términos se ajusta exactamente al fenómeno que trataremos de analizar el que más se le acerca es el de embargo y de ninguna manera el de bloqueo.
El diferendo entre los EE.UU. y el gobierno instalado en Cuba en 1959, comenzó prácticamente desde ese mismo mes de enero, y llegó a un punto álgido al dictarse la ley de Reforma Agraria que afectó decenas de intereses norteamericanos a los que les fueron expropiadas las tierras[1], el diferendo fue en ascenso[2].
Mientras el diferendo se agudizaba Cuba de alguna forma patrocinó el desembarco de tropas integradas por ciudadanos de varios países, incluyendo a cubanos, que habían salidos desde el muelle de Batabanó en abril de 1959[3] y en junio se produce la también fallida invasión a Santo Domingo en la cual sí fue evidente el patrocinio cubano, Camilo Cienfuegos participó activamente en el reclutamiento y entrenamiento de las tropas invasoras.
Por otra parte cada vez se hacía más evidente que, aunque continuamente afirmaban que no eran comunistas, la penetración de los miembros del PSP en las distintas esferas del gobierno se acrecentaba[4] y los sectores moderados eran apartados del poder[5], así como los grupos que habían luchado con las armas contra Batista[6] eran disminuidos y prácticamente tratados como de tercer orden.
Mientras se daban estos pasos internamente en el exterior se comenzaban los contactos con la URSS contactos que van a llevar al inicio de la crisis del petróleo[7]. Por un convenio de 1938 Cuba compraba el petróleo a las compañías norteamericanas se los entregaban en La Habana y Santiago de Cuba para que fuese refinados por esas mismas compañías, pagaba por este servicio y se lo vendían a las mismas para ser distribuido. Este complicado acuerdo era la base para que Cuba legalmente pudiese comprar petróleo en otro mercado y entregarlo para su refinación.
Cuba compraba el petróleo a poco menos de tres dólares el barril y la URSS le propuso la venta a poco más de dos dólares, es decir que Cuba se beneficiaría en unos 60 centavos por barril, lo cual no estaba mal, lo único es que las compañías que lo refinarían ─ESSO, Texaco y Shell─ perderían dinero con ese arreglo además de tener que adecuar sus refinerías a ese tipo de petróleo diferente al que habitualmente refinaban. Lógicamente esas compañías se negaron a ese arreglo.
Pero la pregunta es cómo Cuba pondría en juego su cuota azucarera[8] en EE.UU. la cual le permitía vender sus azucares a casi el doble del precio en el mercado mundial y con un 20% de descuento en los aranceles de entrada. Esa ecuación no tiene sentido salvo que su propósito sea político y no económico de esta forma se concretaba la línea de pensamiento que tanto daño ha causado al pueblo a lo largo de los años en el cual los criterios ideológicos están por encima de los económicos[9].
En la escalada iniciada el próximo paso fue el 28 de junio de 1960 se dicta la Resolución 166 con la cual se intervienen las refinerías la cual es completada con la Ley No. 851, del 6 de julio de 1960 por la que se nacionalizaban las compañías norteamericanas, sin embargo la misma no se da a la luz de inmediato, la decisión es darle un mayor impacto político y para ello se convoca el ‘Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes’ y en su clausura el 6 de agosto, en el Estadio del Cerro[10], Castro le da lectura al documento, lo cual tiene que interrumpir por una breve afonía, y al leer el nombre de las empresas nacionalizadas los más de 50 mil habaneros y unos pocos cientos de latinoamericanos gritaban: ‘Se llamaba’ expresando esa mezcla de amor-odio que sienten los cubanos por los yanquis. Fue un golpe político.
Aunque la Resolución original solo incluía 26 entidades, inmediatamente le fueron anexadas todas las compañías extranjeras, incluyendo el Hotel Hilton que era regenteado por esa compañía pero era propiedad del Sindicato de Trabajadores Gastronómicos. El valor de las compañías nacionalizadas se ha calculado entre 1500-1800 millones de dólares de esa época alrededor de 15 mil millones en dólares actuales
El Presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower redujo la cuota de 3 millones a 700 mil toneladas como lógica respuesta, eso era de esperar y eso es lo que Castro esperaba, para agudizar la crisis ya claramente iniciada entre el gobierno de Cuba y el de los EE.UU., era el antimperialismo en su estado puro: David enfrentado a Goliat con todo el romanticismo que ello conlleva.
La URSS se comprometió a comprar todo el azúcar que los imperialistas no comprasen pero con un pequeño inconveniente pagarían el azúcar al precio del mercado mundial, por tanto teníamos en la mano un triunfo político y una pérdida económica extremadamente significativa para el país.
Ante las demandas del gobierno norteamericano para compensar las empresas nacionalizadas Cuba dio su respuesta: Cuba entregaría a esas empresas bonos amortizables en 20 años con un interés anual no mayor 4.5%, lo cual no estaba mal, pero con un pequeño añadido “la amortización de dichos bonos y como garantía de los mismos se formará por el Estado cubano un fondo que se nutrirá anualmente con el veinticinco por ciento (25%) de las divisas extranjeras que correspondan al exceso de las compras de azúcares que en cada año calendario realicen los Estados Unidos de Norteamérica sobre tres millones (3.000.000) de toneladas.”[11]
Es decir que jamás serían pagados, al no ser que EE.UU. benévolamente y para proteger los intereses de las petroleras no solo le reintegraría la cuota a Cuba sino que además la incrementaría anualmente, semejante propuesta o era una burla o padecía de una ingenuidad[12] no acorde con las proclamas antimperialistas y el entusiasmo pro-soviético.
Eisenhower ordenó a la CIA organizar un grupo armado para derrocar al gobierno que estaba creando una amenaza comunista a 90 millas de las costas norteamericanas, en medio de una situación de tensa Guerra Fría a nivel internacional. Torpe decisión que heredó meses después John F. Kennedy.
El 20 de octubre de 1960 EE.UU. prohíbe las exportaciones a Cuba, con excepción de algunos alimentos, medicinas y suministros médicos y el 16 de diciembre de 1960, finalizando su presidencia, Eisenhower cancela lo que restaba de la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano.
La crisis se expresó diplomáticamente en un continuo ir y venir de notas diplomáticas hasta la del 2 de enero de 1961 en el cual el gobierno de Cuba exigió la reducción del personal diplomático a once personas, casual y curiosamente esa es la cantidad que actualmente permanecen en la Embajada. La respuesta de EE.UU. fue terminar las relaciones diplomáticas el día 3 de enero de 1961[13]
El 3 de febrero de 1962 la administración Kennedy anuncia el embargo total del comercio con Cuba que será efectivo a partir del día 7 del propio mes, el embargo incluye todos los productos o tecnologías que se hayan originado en los EE.UU., de igual forma quedaba prohibido la importación de productos de origen cubano. Previamente Kennedy mandó a realizar una compra considerable de tabacos cubanos (habanos) para su uso personal.
La respuesta de Cuba fue organizar o incrementar su apoyo a los movimientos guerrilleros que han comenzado a florecer en Centroamérica y en Venezuela que tomaron como ejemplo el proceso que culminó en Cuba en 1959, por otra parte se fueron estrechando aún más los lazos políticos, económicos y militares con la URSS.
A su vez, después del fracaso de Bahía de Cochino, la administración Kennedy aprueba en noviembre de 1962 la Operación Mangosta como un complejo conjunto de operaciones que tendría como objetivo derrocar el gobierno de Cuba esta operación a cargo del General Edward Lansdale incluía al Consejo de Seguridad Nacional en el que intervenían el Pentágono, el Departamento de Estado, la Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU y la USIA, desde el punto de vista económico la operación recrudecía las sanciones contra las compañías no norteamericanas que comerciasen con Cuba.
La presencia militar de Cuba en los conflictos de 1963 en Argelia; también en 1963 en Venezuela; en 1964-65 en la crisis del Congo, 1966 en Bolivia, 1973 Guerra del Yom Kipur; 1975 Angola no facilitaron un mejoramiento de las relaciones entre Cuba y los EE.UU., sin embargo al iniciarse la administración de James Carter en enero de 1977 la misma comenzó a dar pasos para regularizar las relaciones con Cuba y aliviar las limitaciones que el embargo estadounidense había impuesto, el 12 de mayo se autorizan los vuelos ‘charter’[14] hacia Cuba y el 3 de junio de 1977 ambos países acuerdan la apertura de sendas oficinas de intereses en La Habana y Washington. El 22 de diciembre Carter permite remesas de hasta 500 dólares de cubanos residentes en EE.UU. a sus familiares en la Isla.
El evidente mejoramiento de las relaciones al parecer no fue del agrado de la alta jerarquía del gobierno cubano lo cual desembocó en el Mariel y el envío de miles de convictos, ex-convictos, enfermos mentales y elementos delincuenciales que fueron embutidos en las naves que costeadas por los cubanos en el exilio iban a buscar a familiares y amigos en Cuba. Se iniciaron los tristemente célebres ‘mítines de repudio’. Los órganos ideológicos del partido comunista cubano pretendían denostar a Carter llamándolo ‘el manisero’ manera muy inteligente de establecer relaciones cordiales con una administración que intento mejorar acercarse a Cuba. La crisis de Irán más la del Mariel desempeñaron un papel negativo en los intentos de reelección de Carter.
La brillante política numantina del líder cubano encontró los resultados esperados en las siguientes administraciones que recrudecieron las medidas que habían sido aflojadas por Carter, el momento más crítico de este recrudecimiento se producirá con la aprobación por el Congreso de los EE.UU. de la llamada Ley Helms-Burton[15], pero en realidad los años 80 y los 90 no vieron grandes cambios en la política de EE.UU., incluso para 1991 el gobierno norteamericano dejo de considerar a Cuba como una amenaza, la CIA concluyó que el gobierno cubano no tenía la posibilidad ni el interés de continuar con sus aventuras extraterritoriales, después de la retirada de las tropas de Angola[16], los apetitos intervencionistas de la alta jerarquía cubana sin el apoyo del desaparecido campo socialista estaban saciados.
Sin embargo en Cuba se mantenía una histeria bélica esperando una invasión que nunca llegaba, las movilizaciones en los 80 y 90[17] fueron un elemento propagandístico que no desempeño un papel positivo para ningún intento de acercamiento diplomático con el poderoso vecino que los amenazaba continuamente con un ataque artero pero que sería fácilmente derrotado cavando refugios y preparándose para la ‘guerra del todo el pueblo’. La ‘Operación Tormenta del Desierto’ en 1990-91 en la que fuerzas conjunta de EE.UU. y una coalición de países derrotó rápida y fácilmente a las tropas iraquíes en Kuwait sembró el pánico entre las capas medias de la oficialidad de las FAR e impulsó aún más la fiebre belicista del gobierno cubano.
A pesar de todo este crispamiento la administración Clinton comenzó una serie de avances para normalizar las relaciones con Cuba, mientras que en el Congreso mantenía una actitud más beligerante hacia el gobierno cubano. Ejemplo de ello fue la aprobación por ambas Cámaras de la Enmienda Mack que el Presidente George H. W. Bush se negó a firmar por su carácter extraterritorial, y la Ley Torricelli de 1992[18] que vetaba a las subsidiarias de compañías norteamericanas el comerciar con Cuba, y limitaba los envíos de dinero y viajes a Cuba.
Es difícil discernir si fue ‘el maleconazo’ u otro impulso voluntarista y provocador de la alta dirección cubana el que dio paso a la ‘crisis de los balseros’ en 1994 que dejó como inmediata consecuencia la declaración oficial del gobierno norteamericano que la próxima vez que Cuba abriese sus fronteras sería considerado por los EE.UU. como un acto de guerra y por tanto recibiría la respuesta correspondiente. Además Clintón redujo a cuatro los vuelos ‘charter’ y estableció nuevos límites a los envíos monetarios a Cuba, y finalmente estableció la llamada política de ‘pies secos-pies mojados’ la cual el gobierno cubano llamó asesina, al parecer prefería la anterior.
Pero el momento culminante y dramático de esta confrontación llegó el 24 de febrero de 1996 cuando un MiG-29UB y un MiG-23 armados con cohetes aire a aire derribaron dos inermes avionetas Cessna Skymaster de ‘Hermanos al Rescate’, ninguna razón de defensa justificaba la orden de derribo dada personalmente por Raúl Castro. Este luctuoso y terrible hecho prácticamente obligó a Clinton el 12 de marzo a firmar la Ley Helms-Burton que llevaba días para su firma y no lo había realizado, sin embargo dejó pendiente los Títulos III y IV.
La administración de George W. Bush tenía bastantes cosas para ocuparse después del ataque del 9/11 para dedicarle tiempo a un tema de poca envergadura como era el de las relaciones con Cuba sin embargo autorizó desde finales del 2001 la venta de alimentos y otros artículos a Cuba, lo cual se ha mantenido hasta la fecha.
Es con la llegada a la Casa Blanca de Barack H. Obama que se recomienza un acercamiento del gobierno norteamericano hacia Cuba con la apertura de conversaciones secretas efectuadas a partir de 2013 en Ciudad Vaticano y Canadá que culminó con la liberación de los cinco espías el 17 de diciembre de 2014 a cambio, aunque ha sido negado múltiples veces, liberaron a Alan P. Gross, en lo que fue un intercambio desigual al cambiar cinco espías condenados como tales por un jurado con todos los beneficios dados a los acusados por el sistema de justicia norteamericano, lo cuales fueron entregados gorditos y sanitos a cambio de un supuesto espía condenado por un sistema judicial en el cual las condenas están establecidas de antemano y que fue entregado demacrado, macilento, enfermo y sin dientes.
Ese día Obama realizó una amplia declaración en la que entre otras cosas dijo:
“Un futuro de más paz, seguridad y desarrollo democrático es posible si trabajamos unidos, no para mantener el poder, no para proteger los intereses creados, sino para promover los sueños de nuestros ciudadanos.”
Todo su mensaje proponía esperanzas, era una proyección hacia un mejor futuro para ambos pueblos.
Por su parte R. Castro realizó lo que ellos llamaron alocución nombre apropiado ya que según la Real Academia es ‘Discurso o razonamiento breve por lo común y dirigido por un superior a sus inferiores, secuaces o súbditos’. Fue más que breve y en nada se correspondió al mensaje de Obama, en primer lugar y para mantener el tono de dictador militar lo realizó de completo uniforme con todas las medallas ganadas en no sé qué guerras y además de vanagloriarse del retorno de los espías, entre las pocas, y no trascendentes, cosas que dijo, señaló:
“Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en Ley, el Presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas.”
Es decir que le orientó a Obama lo que tenía que hacer, aunque aceptó que era una Ley y por tanto el Presidente no estaba en capacidad de modificarla, fue un mensaje hacia el pasado, un discurso ideológico.
La administración de Obama tomó medidas como aumentar el límite de las remesas trimestrales de $500 a $2000; incrementó los bienes y servicios exportables hacia Cuba; autorizó las importaciones desde Cuba por los viajeros hasta $400; autorizó la utilización de tarjetas de débito y crédito emitidas por bancos norteamericanos; facilitó formas de financiación de las compras de Cuba en EE.UU.; autorizó las ventas de hardware y software; aprobó las visitas de ciudadanos norteamericanos en una amplísima gama de categorías; sacó a Cuba de la relación de países patrocinadores del terrorismo; y otras muchas medidas beneficiosas, para los cubanos.
Qué hizo Cuba: nada, ya que de acuerdo a su pensamiento estancado en una ideología que no ha funcionado, que no es un vehículo para el desarrollo, ellos nada tienen que hacer, nada tienen que cambiar, nada tienen que mejorar. ¿Es posible negociar con un país que no ofrece nada a cambio de lo que le ofrece la otra parte?
Al discurso de Obama en La Habana la respuesta se la dejaron al decrépito líder que redactó un largo, tedioso, incoherente, clavado en el pasado, divagando e incluso irrespetuoso al llamarle a Obama ‘Brother’, que concluyó con una frase antológica:
“Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo.”
Concordemos que él hizo sus mayores esfuerzo para evitarlo por todos los medios que se le ocurrió.
No habían pasado muchas semanas desde la reapertura oficial de la Embajada de EE.UU. el 14 de agosto de 2015 cuando al parecer comenzaron los llamados ‘ataques sónicos’ que afectaron a 40 funcionarios norteamericanos y a media docena canadienses, hasta el momento no hay una respuesta a qué fue lo que pasó y cómo pasó, pero las pruebas científicas han dejado muy en claro que esos funcionarios sufrieron daños cerebrales[19], las consecuencias de ello, además de las afectaciones a esas personas, fue la retirada del personal diplomático con todas las afectaciones que de ella se han derivado para los cubanos.
Por otra parte la administración Trump se ha dado a la meticulosa tarea de desarmar todas las medidas tomadas por la administración anterior ─la única que seguramente no hará es la de restablecer la política de ‘pies secos-pies mojado’ ya que no se ajusta a su política anti-inmigrante─ incluso poniendo en vigor los Títulos III y IV de la Ley Helms-Burton, cosa que ninguna administración anterior había hecho. El gobierno cubano logró sus objetivos: la confrontación, entre más fuerte mejor.
El embargo ha sido el justificante de todas y cada una de las vicisitudes por la que atraviesa el pueblo, el culpable de todos los fracasos de los experimentos en la ganadería y la agricultura, el motivo de todas las aventuras belicistas e intervencionistas en América Latina y en el África en resumen el chivo expiatorio del fracasado sistema que se implantó por un líder obcecado que se prometió a si mismo que su destino era la confrontación con los EE.UU.
En la historia universal no hay un ejemplo de una ideología que haya generado tanto costos humanos como la que sufre Cuba, incluso una ideología tan tenaz e inamovible como la del Apartheid[20] en Sudáfrica llegó a pactar y eliminar las trabas que limitaban el desarrollo económico y social de la mayoría de la población no blanca, liberó a Nelson Mandela, destruyó sus armas nucleares y realizó elecciones libres, amplias y democráticas obteniendo la presidencia el mismo Mandela que por 27 años fue un prisionero político.
Al parecer las ideologías de izquierda son más torpes y tercas y reciben más apoyo de los que no viven bajo ella que las de derecha.
[1] La United Fruit fue una de las afectadas al serle expropiadas 95k hectáreas equivalentes a 7100 caballerías, esta compañía ahora llamada ‘Chiquita’ al serle expropiadas tierras en Guatemala en 1954 fue el motor impulsor del golpe de estado contra Jacobo Arbenz dada su vinculación con el Secretario de John Foster Dulles y su hermano Allen W. Dulles Director de la CIA en esos momentos.
[2] Se calcula que el total de las tierras expropiadas, a entidades norteamericanas incluyendo las de los centrales azucareros rebasó 675k hectáreas, alrededor de 50k caballerías lo cual influyó en los problemas iniciales de la industria azucarera y ganadera.
[3] http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/ruben-miro-invasion-cubanos-panama/23701606
[4] Por ejemplo al Asociación de Jóvenes Rebeldes fundada en agosto de 1959 estaba nominalmente presidida por el joven comandante del Ejército Rebelde Joel Iglesias, en realidad estaba bajo el control del máximo dirigente de la rama juvenil del PSP Joel Domenech.
[5] El presidente, puesto de dedo costumbre inaugurada en 1959, Manuel Urrutia fue separado del cargo y prácticamente acusado de traición, igual destino tuvo el primer Ministro Roberto Agramonte.
[6] Nos referimos al Directorio Revolucionario y al Segundo Frente del Escambray
[7] Un primer intento de generar esta crisis ocurrió cuando en enero de 1959 Fidel Castro visitó Venezuela y recibió un regaño del Presidente venezolano Rómulo Betancourt por haber desembarcado armados, Castro nunca se lo perdonó, sin embargo se acordó adquirir petróleo venezolano pero las navieras de tanqueros en manos norteamericanas se negaron a transportarlo.
[8] La cuota para 1959 era de 3215 toneladas la cual se había incrementado en un 12.4% desde 1955, el precio en el mercado mundial era de 21.40 ctvs. por libra y a Cuba se le pagaba 43.26 ctvs., para más información: “The U.S. Sugar Program and the Cuban Revolution” de Alan Dye y Richard Sicotte y “An Economic History of the United Satates Sugar Program” de Tyler James Wiltgen
[9] El contenido ideológico de la posición adoptada queda reflejado en el siguiente fragmento de un discurso de F. Castro: «Nos quitaran las cuotas, ¡pero con las cuotas que nos quiten tendrán que acabarse de arrancar la careta de explotadores y enemigos de la humanidad!, nos quitaran las cuotas, ¡pero con las cuotas tendrán que arrancarse para siempre la simpatía del pueblo de Cuba!, nos quitaran las cuotas, ¡pero con las cuotas
no podrán quitarnos la vergüenza y la dignidad con que estamos dispuestos a morir en nuestra tierra»
[10] Es a partir de ese momento que se le empieza a llamar ‘Latinoamericano’ o popularmente ‘el latino’
[11] www.cubavsbloqueo.cu/es/genesis/el-proceso-de-expropiacion-e-indemnizaciones-en-cuba
[12] Cuba ha intentado infructuosamente poner a los empresarios norteamericanos en contra de su gobierno en más de una ocasión la última que recuerdo, y es un ejemplo de ello, fue la reducción en la compra de pollos a los EE.UU. en el 2015, en un 26.3% en valor, que lo que buscaba era influenciar a los productores norteamericanos para que abogaran por una reducción o eliminación de las restricciones del embargo, entonces les compraron los pollos a Brasil a mayor costo y con mayores gastos en transportación, al año siguiente se aconsejaron y no compraron más pollo en Brasil
[13] Ver: https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1961-63v10/d7
[14] El inicio de los llamados vuelos de la ‘Comunidad’ tuvo un efecto de choque en la población cubana al comprobar que ni los médicos manejaban ascensores ni los ingenieros lavaban platos.
[15] Cuban Liberty and Democratic Solidarity (Libertad) Act.
[16] En Angola los cubanos se vieron por segunda vez, la primera fue en la Crisis de Octubre, al borde de sufrir un ataque con armas atómicas, los pilotos sudafricanos estaban dispuesto a usar la armas atómicas de carácter táctico si las tropas invadían su territorio, faltó muy poco.
[17] Cabe notar que en las décadas del 70-80’ recibiendo toda la ayuda soviética y con acuerdos muy favorables en el CAME el bloqueo ni se mencionaba, pasó a un tercer plano, no fue hasta 1991 que Cuba presentó sus demandas en ONU.
[18] Cuban Democracy Act.
[19] https://www.newyorker.com/news/news-desk/the-mystery-of-what-happened-to-american-diplomats-and-spies-in-havana-deepens?utm_campaign=au%E2%80%A6
[20] En Cuba también sufrimos del apartheid que no permitía a los cubanos entrar a los lugares reservados para los extranjeros.
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