Marianao en Hialeah

Por Waldo Acebo Meireles

Raúl Martínez en 1981 inició su larga tenencia en la alcaldía de Hialeah, fueron 24 años, y decidió usar como lema de la ciudad el que aún hoy es utilizado: “La ciudad que progresa”, probablemente él desconocía que ese lema fue utilizado por el también, algo vitalicio, alcalde Francisco Orúe en el municipio de Marianao desde fines de los 40’ cuando en 1948 inició su también largo disfrute de la alcaldía, que duró hasta 1959 cuando el castrismo lo despojó de su electivo cargo. Martínez nacido en Santiago de Cuba y refugiado en los EE.UU. en 1960, con solo 11 años de edad, nunca vivió en Marianao y probablemente jamás oyó hablar de Orúe y el lema marínense.

Pero algunas de las similitudes entre Marianao y Hialeah no se reducen a compartir un lema, hay otros elementos que resultan interesantes: Hialeah estableció su bien conocido Hipódromo, el ‘Hialeah Park Racetrack’, en 1922; en Mariano se inauguró ‘Oriental Park Racetrack’, siete años antes, en 1915, y murió de muerte natural en 1960 cuando fue convertido en un almacén al aire libre de camiones y diversos objeto y maquinaria buscando como oxidarlas mejor.

Francisco Orúe y Carlos Prío

El Cinódromo de Hialeah, que fue el primero en los EE.UU. en usar una liebre mecánica, lo cual fue un alivio para las liebres reales, comenzó a funcionar junto con el Hipódromo pero tuvo corta vida: el ciclón de 1926 no dejó estaca en pared y nunca fue reconstruido. Marianao inauguró su cinódromo en 1951, pero a mediados de los años 60’ fue transformado en un centro deportivo, para seres humanos y no canes, y le pusieron el nombre de un popular músico cubano que nada tenía que ver con el deporte, ni con los perros.

Hialeah tuvo una excelente, aunque algo corta, pista de carreras de autos: el ‘Hialeah Speedway’ que fue inaugurada en 1953 y murió de aburrimiento en el 2004, en ese terreno entre la 16 avenida y la 37 calle ahora existe un par de grandes tiendas, una de artículos de ferretería y otros diversos, y una tienda de ropa y otras mercancías. En ese mismo año de 1953, el inefable alcalde Orúe, construyó el Autódromo de Marianao en la barriada de La Lisa, sin percatarse que estaba compitiendo con la ciudad, más o menos, hermana de Hialeah; el Autódromo de Marianao fue, con mucho, de menor duración, no llegó ni al 59.

Otro casual parecido es que mientras Hialeah se convirtió en un refugio para emigrantes latinos y particular cubanos, en Cuba, Marianao era un receptor de emigrantes pinareños que llegaron a constituir el núcleo fundamental de su población, nada que añadir. Hasta aquí las casuales similitudes.

 

Acerca del autor

Waldo Acebo Meireles
(La Habana, 23 de noviembre de 1943 - Hialeah, 23 de abril de 2022). Profesor de Historia, recibió la Orden Félix Varela por sus aportes a la enseñanza de la Historia de Cuba al introducir en la misma la enseñanza de la Historia Local. Es autor del manual para los maestros y profesores de las vías de vinculación de las historias locales a la enseñanza de la historia nacional. Contribuyó a la redacción de los textos de Historia para la enseñanza media. Como asesor del Instituto de Geodesia y Cartografía redactó el Atlas de Historia Antigua y Medieval. Autor de la Historia del Municipio de Arroyo Naranjo. Presidió la Comisión de Historia de la Provincia Habana. Fungió como vicepresidente de la Unión de Historiadores de Cuba. Como profesor invitado del Instituto Pedagógico para América Latina impartió cursos de post-grado y maestría. Hasta su fallecimiento trabajó en la investigación de la historia de Hialeah donde residió desde su llegada a los EE.UU.

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