Muy a pesar de las acostumbradas críticas, el boxeo profesional cubano continúa cosechando éxitos. Varias fueron las victorias la semana anterior, como la del ex campeón mundial de las 122 libras Guillermo Rigondeaux. Pero el triunfo hace unos días de Erislandy Lara (22-2, 13 nocauts) sobre el esloveno Jan Zaveck (35-4, 19) en el hipódromo de Hialeah, Florida, ofrece detalles del potencial aún por explotar.
Repasemos la pelea.
Solo tres rounds duró un combate donde el antillano fue amo y señor de la situación. El guantanamero marcó el ritmo del juego desde el campanazo inicial, cuando soltó sus acostumbradas combinaciones en ráfagas. La mayoría de ellas rompieron sin oposición la guardia del veterano rival de 39 años. A esa altura del duelo, ya se preveía un final poco feliz para el europeo.
En el segundo asalto la trama no cambió, con Lara colocando certeros golpes en la anatomía de Mr. Sympathicus Zaveck, minimizado desde lo técnico hasta lo táctico. En ese acto estuvo en malas condiciones, pero el caribeño no logró rematarlo; aunque en realidad fue la campana lo que salvó al esloveno.
Sin embargo, en el tercer rollo el monarca exponente presionó todavía más. Dispuesto a finiquitar las acciones y salir tempranito para la casa, el titular del orbe en su etapa como amateur conectó una mano derecha y después una izquierda al cuerpo de Zaveck. Éste se dolió, estiró el brazo, pidió tiempo, y el tercer hombre en el ring se le acercó. La expresión no dejó margen a dudas y el árbitro abrió sus brazos y paró la pelea. Solo 41 segundos habían corrido de ese rollo número tres.
Tras bambalinas, el retador y perdedor comentó que se había lastimado el hombro y por eso no pudo seguir en la batalla, mientras que su cuerpo técnico añadió que los golpes recibidos hicieron que se inflamara un nervio que lo lastimó hasta la zona del cuello.
De esta manera, el antillano, conocido como “El Sueño Americano”, retuvo sin sobresaltos su faja superwelter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Esta constituyó su cuarta defensa de un título que alcanzó en 2013. Además, resultó su tercera sonrisa consecutiva, tras el controvertido fracaso ante el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez en agosto del pasado año.
Austin Trout, Alfredo “El Perro” Angulo, Ishe Smith, Carlos Molina y Paul Williams son otros de los rivales de alcurnia que suma dentro de su carrera. Lara, a los ojos de muchos, es el pugilista cubano que mejor suerte se ha labrado en el panorama rentado. Las bolsas económicas hablan por sí solas, sin olvidar la manera en que ha manejado a los medios de prensa, agencias promotoras y televisoras. No obstante, tampoco ha estado exento de críticas.
Hace unos pocos días expresó que “cada cual tiene la opinión que quiera, pero la escuela cubana es una de las mejores del mundo. Dicen que es aburrido, porque a los boxeadores no les gustan que les peguen, que se cuidan demasiado. Pero ¿a quién le gusta que le peguen?”, a lo que agregó sin tapujos: “Boxeador que menos golpe recibe, tarda más en este negocio”.
Su trayectoria se puede catalogar de muy exitosa. No en vano espera la decisión del organismo para instalarlo como campeón “regular” de la AMB, cuando le retire la corona de la división ligero mediana a Floyd Mayweather Jr. Así, consciente de que marcha por el sendero correcto espetó: “Nunca voy a cambiar mi estilo. Soy un boxeador de recursos. Todo depende del tipo de pelea. Si hay que fajarse me fajo, si hay que hacer la distancia, se pelea desde la distancia”.
Su vista se entorna ahora en una revancha ante el propio “Canelo” o la oportunidad de contender (tendría que subir de las 154 libras) con el kazajo Gennady Golovkin, considerado uno de los pugilistas más temidos en la actualidad. Ambos exponentes resultan deseos bien ambiciosos y difíciles de concretar, aunque dicen que soñar no cuesta nada.
Mientras tanto, la misma función del pasado 25 de noviembre no fue positiva para los restantes cubanos que se presentaron. El cienfueguero Yasmani Consuegra (17-3, 14) no salió en el quinto capítulo ante el estadounidense John Wesley Nofire (19-0, 14) y el espirituano subtitular olímpico de Atenas 2004, Yudel Jhonson (17-3, 9), cayó por nocaut en el primer asalto frente al también norteño Daquan Arnett (15-1, 8).
Uno que sí mantuvo su invicto fue Marcos “El Tsunami” Forestal (4-0, 3). El guantanamero venció por la vía rápida a Alberto Serna, de México, en Salt Lake City, Utah. La prueba, está claro, tampoco era tan rigurosa para el ex Domadores, que abandonó una delegación oficial el 12 de abril de 2014, cuando el equipo nacional se alistaba para el tope de cuartos de final contra Estados Unidos en la IV Serie Mundial.
Forestal debutó el pasado mes de febrero por todo lo alto al superar en el round dos al veterano húngaro Ignac Kassai (16-38, 15 KO), en duelo realizado en Queens, Nueva York. El boxeador entrena bajo las órdenes de Joel “El Cepillo” Casamayor, excampeón mundial profesional y medalla de oro en la olimpiada de Barcelona 1992.
Los cubanos siguen dando de qué hablar en el boxeo profesional y, según parece, será por largo tiempo.
Fuente: http://oncubamagazine.com/
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