El misterio del pollo

Hay una responsabilidad del estado cubano, es indiscutible, pero… se acrecientan las dificultades con el Bloqueo de EE.UU a Cuba

Kurtturing [4/23/2019]

Dos aves reclaman el interés actual de los cubanos: el avestruz que ha generado el mayor número de búsquedas de los cubanos de la isla en Google por las razones que ya sabemos y el pollo que está desaparecido.

Algún mago en lugar de sacar un conejo, o una jutía, de la chistera ─y no es un chiste─ ha metido los pollos en la misma y los ha desaparecido por completo.

¿Es que la aplicación de los capítulos que durante años estaban en suspenso de la Ley Helms-Burton han producido ese inconcebible y mágico fenómeno? Tengo mis dudas al respecto. Lo real y no por eso menos maravilloso es que el pollo está perdido sin que ninguna plaga enviada, como es habitual, por el imperio haya arrasado con la población avícola cubana.

Algún truco malévolo de los productores yanquis han hecho desaparecer lo pollos para así poderles vender más a Cuba, y no es de dudar ya que desde noviembre del 2001 le han vendido a Cuba 4,728 millones de libras de carne de esa ‘rara avis’. Además le han vendido 49 millones libras de pavo y 6 millones de docenas de huevos, lo cual en cuanto al pavo y los huevos en realidad no es mucho que digamos.

Pero lo realmente sorprendente es que en este año 2019, en los meses de enero y febrero Cuba le compró a esos pollicidas degenerados la cantidad exacta de 94,162,558 libras de pollo[1]. ¿Dónde se metieron? ¿Naufragaron los barcos? ¿Se los comieron los mayimbes, ellos solitos? ¿O los compraron en KFC y como se les cayó el empanizado decidieron no repartirlos? ¿Se los cocinaron a los huéspedes de la casa que renta Vilmita? No lo creo nada de eso es posible. ¿Entonces qué pasó? Lo peor que pudiera pasar, debido a la conocida eficiencia del sistema, es que se estén pudriendo en un frigorífico sin electricidad.

Es algo preocupante ya que 94 millones de libras de pollo en una sociedad socialista en que todo se distribuye equitativamente, como ya sabemos, tocarían a 4 libras y cuarto en enero e igual cantidad en febrero, a cada una de los 11 millones de personas que disfrutan de ese sistema imparcial y justiciero, pero por razones inexplicables no ha sido así y la gente se mata cuando sacan un par de cajitas de pollo, y cuestan algo más que un ojo de la cara, se pueden imaginar.

En definitiva el pollo está perdido y no se me ocurre otra solución al enigma, entonces ¿dónde está el pollo? Qui lo sa.

[1] ers.usda.gov

Acerca del autor

Waldo Acebo Meireles
(La Habana, 23 de noviembre de 1943 - Hialeah, 23 de abril de 2022). Profesor de Historia, recibió la Orden Félix Varela por sus aportes a la enseñanza de la Historia de Cuba al introducir en la misma la enseñanza de la Historia Local. Es autor del manual para los maestros y profesores de las vías de vinculación de las historias locales a la enseñanza de la historia nacional. Contribuyó a la redacción de los textos de Historia para la enseñanza media. Como asesor del Instituto de Geodesia y Cartografía redactó el Atlas de Historia Antigua y Medieval. Autor de la Historia del Municipio de Arroyo Naranjo. Presidió la Comisión de Historia de la Provincia Habana. Fungió como vicepresidente de la Unión de Historiadores de Cuba. Como profesor invitado del Instituto Pedagógico para América Latina impartió cursos de post-grado y maestría. Hasta su fallecimiento trabajó en la investigación de la historia de Hialeah donde residió desde su llegada a los EE.UU.

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