Waldo Acebo Meireles
Cada pueblo tiene el gobernante que se merece, alguien dijo hace muchos, muchos años, y aunque a los cubanos nos parezca injusto, por lo que nos toca, quizás al pueblo norteamericano le venga bien, requetebién. Van a disfrutar un presidente arrogante, narcisista, egocéntrico, xenofóbico, racista, misógino, demagogo, populista, y perfectamente ignorante.
Pero como dijo Vargas Llosa: “Los pueblos a veces se equivocan, y a menudo la pagan caro. Por regla general, los pueblos tienen los gobiernos que merecen tener, aunque luego se arrepientan.”
Espero que el arrepentimiento de los norteamericanos no se demore mucho y quizás salga como bala por tronera sino es con un ‘impeachment’, en el 2020, en las próximas elecciones. Pero el daño va a estar hecho, y va a ser muy difícil arreglarlo. Pero seamos justos: el voto popular una vez más, como en las elecciones del 2000, le dio la aprobación a la candidata demócrata que lo ganó con más de 200 mil votos sobre su contrincante ganador del voto electoral, pero las reglas del juego son como son y no hay arreglo.
Lo que viene si él cumple con la mitad de las idioteces que ha hablado va a ser una ‘cagastrofe’ y el peligro de una guerra es inminente. Como dice un amigo: “Ya veremos cómo se comporta este populista en el mundo real, cuando lo llamen a las 3 de la mañana para decirle que las tropas rusas cruzaron la frontera con Lituania.”
Ya el resto del mundo ha empezado a reaccionar, para los mexicanos y los europeos no va a ser una píldora fácil de tragar. Ya el peso mexicano se cayó, aún más, frente al dólar. Y qué decir de los cubanos, lo más probable es que van a saber que son las ‘cajitas de dulce de guayaba’.
A cogerlo con calma que el viaje es largo.
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